
Graceland es el séptimo álbum de estudio del músico estadounidense Paul Simon, lanzado el 25 de agosto de 1986. Graceland ofrece una mezcla ecléctica de estilos musicales como el pop, a capella, isicathamiya, rock y mbaqanga. El álbum fue fuertemente influenciado por los primeros trabajos de los músicos sudafricanos Johnny Clegg y Sipho Mchunu, y la música pop de su banda Juluka. Juluka fue la primera banda de pop integrada en Sudáfrica.
En 1984, Simon acordó producir un disco de una joven cantautora, Heidi Berg. Berg, que había tocado para Saturday Night Live y The New Show, fue presentada a Simon por el productor de televisión Lorne Michaels. Como referencia de cómo quería que sonara su disco, Heidi le prestó a Simon una cinta pirateada de mbaqanga, música callejera de Soweto, un barrio negro pobre de Johannesburgo. Simon pidió a sus contactos en su sello, Warner, que identificaran a los artistas en la cinta. A través del productor de discos sudafricano Hilton Rosenthal, Warner confirmó que la música era sudafricana e interpretada por el grupo vocal Ladysmith Black Mambazo o los Boyoyo Boys. Simon consideró comprar los derechos de su canción favorita de la cinta, «Gumboots», y usarla para escribir su propia canción, como había hecho con la canción «El Cóndor Pasa» en la década de 1970. En cambio, Rosenthal sugirió que Simon grabara un álbum de música sudafricana y le envió docenas de discos de artistas sudafricanos.
En la década de 1980, grabar en Sudáfrica era peligroso y las Naciones Unidas habían impuesto un boicot cultural a su política de apartheid. Esto obligó a los estados a «impedir todos los intercambios culturales, académicos, deportivos y de otro tipo» con Sudáfrica, y ordenó a escritores, artistas, músicos y «otras personalidades» que lo boicotearan. No obstante, Simon decidió ir a Sudáfrica.

En febrero de 1985, Simon y su ingeniero Roy Halee volaron a Johannesburgo con la intención de que su visita fuera secreta. Los ejecutivos de Warner no estaban interesados en el proyecto, viendo a Simon como una mala inversión debido al fracaso de sus dos álbumes en solitario anteriores. Rosenthal usó sus conexiones para reunir a la variedad de músicos que habían inspirado a Simon, incluyendo a Lulu Masilela, Tao Ea Matsekha, el general M. D. Shirinda y las Hermanas de Gaza, y la Boyoyo Boys Band. En ese momento, los músicos de Johannesburgo solían cobrar 15 dólares la hora; Simon acordó pagarles 200 dólares la hora, alrededor del triple de la tarifa en la ciudad de Nueva York.
Las sesiones de grabación se llevaron a cabo en Ovation Studios. Halee había temido que el estudio fuera muy limitado técnicamente. El estudio recordaba a un garaje, que Halee temía que fuera un problema para la grabación, y ninguno de los músicos usaba auriculares. Las sesiones de improvisación duraron de 10 a 30 minutos, con Simon y Halee con la intención de armar y editar todo a su regreso a casa. Aunque la música era técnicamente simple, a Simon le resultaba difícil imitarla. Para escribir la letra, Simon escuchó las grabaciones realizadas durante su estadía en Johannesburgo, identificando patrones en la música para encajar con los versos.

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