«Hey Jude» es una canción de la banda británica de rock The Beatles, lanzada en agosto de 1968 como primer sencillo del sello discográfico de la formación, Apple Records. Acreditada a Lennon/McCartney, el tema es una balada que evolucionó a partir de «Hey Jules», canción que Paul McCartney escribió para consolar a Julian, el hijo de John Lennon, después del divorcio de sus padres.
The Beatles grabaron en los EMI Studios veinticinco tomas de «Hey Jude» en las noches del 29 y 30 de julio de 1968. Sin embargo, éstas fueron en su mayoría ensayos, al tener previsto que grabaran la toma principal en los Trident Studios para así poder utilizar su equipo de grabación de ocho pistas (en ese entonces, los EMI Studios aún estaban limitados a uno de cuatro pistas). Un ensayo del 29 de julio está disponible en el CD de Anthology 3. La pista de ritmo maestra fue grabada el 31 de julio en Trident. Se grabaron cuatro tomas, de las que fue seleccionada la primera. La canción se completó el 1 de agosto con doblajes adicionales incluyendo orquesta de 36 piezas para la larga coda de la canción, dirigida por George Martin. La orquesta constó de diez violines, tres violas, tres violonchelos, dos flautas, un contrafagot, un fagot, dos clarinetes, un clarinete contrabajo, cuatro trompetas, cuatro trombones, dos trompas, percusión, cuerda y dos bajos.
Ringo Starr casi perdió la señal de empezar a tocar la batería. Se fue al baño —sin que los otros Beatles se dieran cuenta— y empezaron a grabar. En 1994, McCartney comentó: «Ringo salió al baño y yo ni siquiera me di cuenta. El baño estaba a unos cuantos metros de su puesto de batería, pero había pasado ya por mi espalda y yo seguía pensando que estaba en su lugar. Comencé a tocar la toma que es la que se utilizó, y ‘Hey Jude’ continuó por horas antes de que la batería tocara y mientras tocaba sentí repentinamente a Ringo pasando de puntillas muy rápido por detrás de mí, tratando de llegar a su puesto.
En el minuto 2:58 de la canción, se puede oír a McCartney diciendo «Oh, ¡maldita sea!». Según los ingenieros de sonido Ken Scott y Geoff Emerick, fue la idea de Lennon dejar el error en la edición final; «Paul golpeó un sonido en el piano y dijo una palabra malsonante’ mencionó Lennon alegremente, ‘pero yo insistí en dejarla, enterrándola lo suficientemente bajo como para que no pudiera ser escuchada. La mayoría de la gente no se dará cuenta […] pero nosotros sabremos que está ahí».
